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domingo, 21 de enero de 2018

Pensamientos de un Escritor al Pedo III: Primera vez


Con un libro
Mi vieja y amada edición de El Señor de los Anillos
No creo tener un recuerdo más lindo en lo referido a los libros que mi primer lectura de El Señor de los Anillos. Fue una accidentada y ardua tarea que me propuse en el otoño del año 2004 cuando me di cuenta que si quería ser escritor tenía que leer y tenía que leer mucho. El problema en ese entonces era que me costaba bastante hacerlo. Todavía entonces me suponía un esfuerzo realmente grande y hasta entonces no había podido siquiera terminar Harry Potter o aun El Hobbit.

Lo cierto es que con respecto a Tolkien ya conocía muy bien la historia. Mi hermana me la había contado un millón de veces, había visto en varias ocasiones la película de Ralph Bakshi de 1978 y, desde ya me sabía de memoria las películas de Peter Jackson. Y creo que lo más difícil para mí fue darme cuenta de que el libro no era una historia sobre gente masacrando orcos como se ve en las adaptaciones del director previamente mencionado. Entré al libro buscando una acción al mejor estilo de Virgilio en la Eneida y me encontré con algo completamente distinto. Tan elevado, tan superior a esa vomitada comercial que me dejo culo para arriba.
Con una mezcla de orgullo y vergüenza puedo decir que "El Señor de los Anillos, la comunidad del anillo" es oficialmente el primer libro que leí entero en mi vida. Por un lado estaba decidido a demostrarme que me podía unir al club familiar de seguidores del profesor de Oxford y, por otro lado, me encontraba en una de esas etapas de la vida donde todo se descubre con un dejo de miedo  y fascinación.

A veces ciertos libros llegan en el momento adecuado de la vida y más tarde es imposible separarlos de todos esos recuerdos a contar borracho o en el diván del psicólogo. Para el año 2004 me encontraba en una suerte de primavera creativa que tuvo como resultado todo lo que he escrito desde entonces. Estaba descubriendo Blind Guardian y estaba muy enamorado de una mina. Tenía la sensibilidad adolecente en su punto culmine. Sentía que de pronto se había abierto una puerta hacia un lugar desconocido para mí que me llamaba con el irresistible canto de una sirena.

La lectura del primer tomo de El Señor de los Anillos despertaba en mi preguntas acerca de la Tierra Media muy similares a aquellas que solía hacerme sobre Star Wars y la vieja República de más pibe. ¿Cual había sido el origen de todo ese mundo? ¿Que había sido el reino de Angmar? ¿Que carajo era Tom Bombadil? ¿Quien fue Luthien Tinuviel? ¿Como fue que retornó Sauron a Mordor? Esa clase de preguntas me hacía mientras lo leía en la cama durante el otoño y el invierno frío de aquel año. Cuando me rateaba y me lo llevaba al Mc Donals













2 comentarios:

  1. ¡Salud, mi amigo! Si esta fue tu lectura inaugural, no hay vergüenza alguna, aunque sea tardía o lo creas así. ¡Celebro, que podamos disfrutar de la obra del Profesor! Mi primera lectura de LotR fue, también, en la edición de la maravillosa Minotauro; pero de la primera, más viejita, la que tenía en la portada el dibujo de Hobbiton hecho por el mismo JRRT (volumen que, mucho más tarde, una "amiga" española me lo birló "for good"). Sabés que me lo devoré en ese invierno, y luego el segundo tomo. Para el tercero, como todos entonces, tuve que esperar larguísimos meses, a pesar de que lo había pagado tipo suscripción o encargo, porque no se había publicado aún. ¡Eso sí fue épico, jaja! Comparto absolutamente todas tus impresiones. Gracias por mencionarme. Nos vemos en The Prancing Pony con una pinta de cerveza, de las que suelen servir en Bree. Es una maravilla comprobar, una vez más, los recuerdos en común, aunque seamos de generaciones distintas o, acaso, gracias a eso. ¡Gran abrazo, mi amigo! Nunca dejes de escribir y alimentar ese mundo que está en tu corazón, no importa qué te digan o cuánto ignoren de tus sacrificios.¡Que te crezcan los pelos de los pies! Ariel Pytrell

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  2. Mi primer libro "grande" fue Aventuras de Hucleberry Finn, de Mark Twain, a los 8 años. Y sigue siendo uno de mis favoritos. Twain era un tipo bastante cínico y en forma de una "novela para niños" planteaba temas muy difíciles de la sociedad en la que vivía.

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