Especial de Mitología Nórdica IV
Loki y sus engendros
Tal vez sea uno de los personajes más extraños y difíciles de encuadrar en el panteón de Dioses Vikingos. Loki, el Dios del fuego, representa todas las cosas malignas que puede llevar en sí una persona o una deidad. Siempre engañando y confundiendo todas las buenas acciones, aunque también a veces ayudando a los señores del Valhalla a solucionar muchas situaciones difíciles.
Hijo de dos gigantes, Farbauti y Laufey, a Loki se le atribuye el reinar sobre el fuego. Y queda bastante claro que no fue una elección al azar otorgarle este elemento, tan capaz de hacer maravillas como verdaderos desastres. Estas dos caras marcaran los actos del Dios a lo largo de todos los relatos en los que se hace presente.
Al parecer las características tan malvadas que se le arrogan fueron introducidas un tiempo después. Pues Loki es una de las deidades más antiguas de los vikingos y en un comienzo era tomado como una potestad bondadosa y bella. Luego aquella hermosura le sirvió como herramienta a la hora de engañar a los demás compañeros del Asgard.
A pesar de ser malvado, Loki vivía en el Valhalla |
Si bien nadie lo quería en el Midgard o en el Valhalla, se le tenía permitido vivir allí cuanto quisiera, pues logró por medio su inteligencia convencer a Odin para que este lo nombrara su hermano de sangre. Y a pesar de todas las travesuras (inocentes y no tanto) que Loki llevaba a cabo día y noche no se lo podían sacar de encima. Ademas de pasearse a sus anchas por las tierras de los Dioses, Loki se unió a la diosa Sigyn con la cual tuvo dos hijos, conocidos como Nari y Narvin.
Sin embargo su progenie más espantosa (y que tomara un lugar principal en los echos del Ragnarok) vendrá de su casamiento con una giganta llamada Angerboda.
Del vientre de aquella mujer emergieron tres horrendas criaturas: el tremendo y fiero lobo Fenrir, el cual se trató de encadenar muchas veces sin éxito debido a la maldad y voracidad que vivía en el. Este lobo muy probablemente halla inspirado luego a Tolkien cuando creo a Cacharoth, el gran perro de Angband que aparece en El Silmarillion. Así como este monstruo dejó manco a Beren, Fenrir haría lo propio con Tyr cuando este arriesgo su mano para atarlo definitivamente.
Luego llego Jormungand, una serpiente tan grande que podía envolver al mundo sólo con morderse la cola. Este reptil fue rápidamente expulsado del valhalla y condenado a vivir bajo las aguas del Midgard, donde años más tarde Thor intentaría pescarla sin éxito.
Y por ultimo Hel, una espantosa mujer con la mitad de su cuerpo tomado por la podredumbre de la muerte. Tan horrenda era la pobre muchacha que los Dioses la enviaron a un lugar que lleva su propio nombre "Hel". Este era el recinto donde iban a parar los hombres y mujeres asesinados, quienes fallecen por obra de la enfermedad o la vejez. Aunque es posible que el "Hel" fuera en verdad un lugar para los que habían llevado una vida poco virtuosa y entregada al crimen.
Los Vikingos no levantaron ningún santuario a Loki y era muy aborrecido por todos. Sin embargo es probable que su aparente "impunidad" dentro del Valhalla fuera una forma de manifestar que el engaño, la traición y el egoísmo pueden hacer sucumbir hasta a los hombres de mayor condición y que siempre es bueno tenerlo presente, para de esa forma mantenerlo vigilado.
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