Sinopsis
Bienvenidos a Terra Incognita: un continente perdido en el que se cruzan la imaginación rica y proliferante de Clark Ashton Smith, la fantasía heroica de espadas y hechicería de Robert Howard, el espanto por lo sobrenatural de H. P. Lovecraft y su intuición alucinada de que entidades extrañas y terribles acechan, latentes entre sueños, desde un más allá, el amor (tan palpable) de J. R. R. Tolkien por sus personajes y su medio, el sentido del ritmo y la feliz fusión de humor y aventuras de Goscinny y Uderzo... También, por supuesto, la capacidad de todos ellos, y de la mejor fantasía en general, de fundar tierras imaginarias: mundos alternativos deliciosos de explorar, con sus propios dioses, creencias, blasfemias, lenguajes, historia, geografía, costumbres...A través de la fantasía, la magia y la aventura, estos cuentos hablan hermosamente, y sobre todo, de la amistad. Rodrigo, Thorvald y Sheng Wan dan la espalda a su pasado, que quedó lejos y atrás, para enfrentar juntos los peligros y las situaciones adversas que se les presentan.
DE PARTY CON LOS MERCENARIOS
En Relatos de Terra Incognita Claudio Díaz hace uso de todos los elementos clásicos del género con la precisión de un relojero. Si te gusta la fantasía este libro te va a dejar una linda y quizás melancólica sonrisa en el rostro antes de irte a dormir. Porque, al menos eso fue lo que a mí me sucedió al leer los tres relatos incluidos en él. Ya sea por el amable estilo de narrar o por las logradísimas ilustraciones de Enrique Alcatena, Relatos de Terra Incognita es un libro que parece retornar a las bases más seminales de este género.
Luchas con espadas, peligrosas y sensuales hechiceras, criaturas abominables y sorprendentes. Muertos vivos que custodian pasadizos y muy buen humor son algunos de los elementos que se hallan en sus 128 páginas. El autor logra que cada relato valga lo que una novela. Y en tiempos de libros de extensiones ridículas es algo que se agradece mucho. En Relatos de Terra incognita no sobra ni falta nada. El punto final de cada historia cuenta con un cierre que da una sensación de completud muy confortante. Las ilustraciones que acompañan la narración terminan por darle a este libro un aire tan lozano e inspirador como cualquier obra clásica del género.
En lo personal me recordó mucho a las historias que normalmente se desprenden de juegos de rol de mesa. Y como rolero, al leer las primeras páginas ya quería irme de party con el bardo Rodrigo, el enorme Thorvald y la mortal Sheng Wan. Las personalidades de los personajes sus vínculos están muy bien logrados. El humor que manejan ellos, como además el narrador es un componente fresco, pícaro y bienvenido.
Al igual que me ocurrió con Los Viajes de Marion, de Victoria Bayona, el libro de Claudio Díaz te retrotrae quizás al tierno recuerdo de una primera lectura del género. Cuando te ibas a dormir después de haber leído una gran aventura y esperabas, ya tapado y somnoliento, poder soñar con ese mundo que otro escribió.