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lunes, 20 de septiembre de 2021

La Caída de Gondolin y el adios a Christopher Tolkien

 



La primavera siempre me da ganas de leer Tolkien, aun cuando estoy leyendo Tolkien. Y no tiene nada que ver con el verdor y la suave calidez que empieza a invadir todo (hasta nuestras narices alérgicas) si no con él imborrable recuerdo de mi primer lectura de "El Señor de los Anillos". Desde entonces las temperaturas por encima de los 20 grados, las lluvias que luego traen el frescor y las brisas que nos hacen oscilar entre la remera y el saco activan mis deseos por revisitar cualquiera de las obras del profesor de Oxford.

La Caída de Gondolin (Minotauro 2018) es un libro de precio prohibitivo. Una constante en el sector para casi cualquier ejemplar de cualquier autor que este a la venta en librerías comerciales. Sin embargo me hice con una versión digital para mi Kindle y tuve por fin la oportunidad de leer el último libro editado por Christopher Tolkien. Un "Canto de Cisne" que él mismo anunció en el prólogo del libro.

El libro se acerca más al trabajo que hizo con Cuentos Inconclusos o La Historia del Señor de los Anillos que a entregas más recientes como Los Hijos de Húrin. Es decir que si bien trae a conocimiento una serie de borradores y esbozos de Tolkien sobre Tuor y la caída de la ciudad del rey Turgon (un mito tan importante y popular en la tierra media que es mencionado a menudo en El Hobbit y El Señor de los Anillos, dando muestra que era caro al corazón del autor) no presenta un relato novelado tradicional. 

La Caída de Gondolin es una de las tres "Grandes Canciones" de la tierra media según Tolkien padre. Junto con La historia de Beren y Luthien y La de los hijos de Húrin formaba una especie de corpus principal de leyendas que él pensaba, se destacaban por encima de todas las demás historias de la primera edad por su estilo “Elevado”

Christopher Tolkien explica en el prólogo que en el caso de La Caída de Gondolin eran de tal riqueza sus distintas versiones, existentes desde 1917 que sintió que editarlas para conformar una novela o relato provocaría una pérdida irreparable sin contar con el enorme trabajo que supone laburar con cada uno de ellos para un hombre de su edad. 

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Me paso algo muy bello y personal con “La Caída...” El libro arranca con el más antiguo de los borradores que narra el viaje de Tuor por Beleriand, su búsqueda infatigable de la ciudad de Gondolin, la aparición de Ulmo y una severa advertencia para que le transmita al Rey de Gondolin. O bien se prepara para una última guerra contra Morgoth y sale con sus ejércitos de las murallas a desafiar el poder de Angband de manera abierta o prepara su huída de la tierra media. En la guerra Ulmo dice que lo ayudara y le promete que será el vencedor. De la Huida y búsqueda del perdón del los Valar ya mucho no puede asegurar. Pero la decisión está en sus manos.


 

En este primer esbozo la narración del viaje de Tuor, su estadía en Gondolin, su unión con Idril (la hermosa elfa hija de Turgon), la traición de Maeglin y, por último, la desesperada batalla por salvar la ciudad me devolvieron a mis dieciséis años.

La primera vez que leí El Señor de los Anillos quedó en mí la escena en que Bilbo y Aragorn cantan una canción en Rivendel en un salón donde arde un fuego rojo. La canción es sobre Earendell, hijo de Tuor, el protagonista de "La Cáida de Gondolin" 

Como lector debutante en ese entonces tengo muy dentro de mi corazón esa imagen del fuego, las sombras proyectadas sobre el color rojo de las llamas y el relato del montaraz en esa ocasión. Tenía una muy vaga noción de lo que era el Silmarillion por lo que esos nombres que sonaban tan raros y esa poética tan misteriosa como triste llegó a algún lugar muy profundo de mi corazón. Y si alguien me pregunta de que se trata la obra de Tolkien o donde está su belleza diría que seguramente se encuentra por ahí cerca. La sensación de estar leyendo un mundo ficcional que conmueve hasta los huesos como una historia cercana y personal. Nos interpela a todos mucho más que otras obras "Realistas" 

Cuando leí ese primer tramo de La Caída de Gondolin sentí que estaba finalmente conociendo entero ese relato que escuche por primera vez en Rivendell tanto tiempo atrás. El detalle con el que se cuenta la batalla de Gondolin llega a niveles de La Eneida de Virgilio. No he leído nunca un texto de Tolkien que tome un vuelo tan, TAN Homérico.

Así como Virgilio nos hace saber de cada uno de los principales guerreros de Troya, Tolkien hace lo propio con Gondolin. Nos cuenta de cómo se distinguen el uno del otro, que hacían antes, a quien servían y por que hechos de armas se hicieron famosos en esa última batalla. Todo esto sin perder de vista a los protagonistas que los lectores ya conocemos como Tuor, Idril, Turgon y el nefasto Maeglin. 

Realmente fue  conmovedor sentir que me hallaba testigo de una historia de semejante calibre y podía imaginarme en esa sala de Rivendel escuchando atentamente a algún elfo narrarla con un detalle que sólo alguien de la hermosa gente podría lograr. Desde la partida de Tuor en busca de la ciudad hasta el desesperado viaje de los sobrevivientes tras la caída el relato es de una belleza abrumadora.

Dicho esto, el resto del libro es (como adelante) una compilación y comparación de todos los borradores sobre el mismo cuento a lo largo de los años. Lo que es muy bueno para los estudiosos de Tolkien como yo y quizás no tan bueno para un lector casual. Se incluye también la versión de la historia ya publicada años antes en Cuentos Inconclusos. Más este es el único libro (y quizás su gran novedad al fin y al cabo) que incluye ese primer borrador de 1917 que por sí sólo vale la pena. Si no está en su interés la historia de cómo se escribió y evolucionó el relato, al menos esas páginas merecen una lectura.

Para quienes ya hemos leído trabajos similares de Christopher Tolkien como La Historia del Señor de los Anillos el libro cuenta con el último e incansable trabajo del autor en lo referido a hacer un detalladísimo análisis de cada versión del cuento. Se lamenta su partida, todavía reciente, al ver el profundo amor que lo impulsó a trabajar de manera tan exhaustiva la obra de su padre, de la cual fue consejero en vida  y senescal en su ausencia.

 


 

 

 

lunes, 1 de marzo de 2021

Cosas que Valen la Pena Reloaded: Loreena Mckennitt

 


Ya pasaron más de diez años desde que publique en este blog una humilde y breveentrada sobre Lorenna Mckennitt, así que nadie me puede acusar de repetitivo por volver a hacerlo hoy. Durante la semana estuve pensando que escribir acá y el propósito principal de este blog es el de dar a conocer todo lo que a mí me inspira, me relaja, me transporta o sencillamente me hace bien. Cosas relacionadas con el género del que se ocupa este blog.

Cosas que Valen la Pena. 

Cuando escribí esa entrada sobre Loreena ella y su música eran todavía una novedad para mí. Llegue a la misma por accidente, bastante cautivado por el arte de tapa de The Mask and Mirror pensando que era "La cantante de ENYA" y aunque me avergüence decirlo creí que era la mina de ENYA en una versión solista por bastante tiempo. O al menos lo que me tomó calentarme en leer en detalle la tapa del disco.

 


Sí, estamos hablando de la época en la que todavía se escuchaba música en equipos grandes llamados Mini Componentes.

Desde entonces ha pasado muchísima agua por debajo de este puente. Se me hizo costumbre escucharla a la mañana y fue una gran acompañante para las largas sesiones de escritura de Tindar. Su música Celta es suave, bella, triste, alegre y en muchos casos poderosamente sublime. Mi disco favorito (Que estoy escuchando mientras escribo esto) es el primer vivo que conseguí de ella Live in San Francisco 1994. Sobre todo porque tiene muchas canciones de The Mask and Mirror y la mejor de las interpretaciones de The Stolen Child

Siempre pensé que cuando se pasa la adolescencia es muy difícil encontrar bandas  o cantantes con los que uno pueda atesorar ciertos buenos recuerdos. Supongo que es por eso que la mayoría de la gente tiene no más que dos o tres bandas favoritas y el resto es como una especie de picada musical que cada tanto consume, se digiere y se olvida.

Lorenna McKennitt llegó a mí a los 20 cuando estaba en la etapa más dura de Tindar y me acompañó desde entonces como una tía copada que va a todos tus eventos. Inclusive guardo en lo más profundo de mi corazón una noche del año 2013 en la que hice mi primer asado bajo la luna y las estrellas de Villa Gesell, tomando una Quilmes y disfrutando de su voz.

Siempre que viajo tengo a mano algo de ella, pero los obligados son el vivo mencionado y Elemental, su primer disco. Un Álbum que siempre relacionaré con la gran melancolía de los Vlaind en Balbania. El tema Kellswater me saca lagrimas que se transformaron poco después en Liavenna Enarmarrr en El Ritual de los Condenados. Marrakesh Night Market en una Simone cuyo corazón esta partido entre la mitología y la cruda realidad. No podría hacer una lista de las cosas que ha inspirado en mí esta magnífica mujer, pero con escuchar algunas notas de sus canciones advertirán con facilidad la potencia de su música. La vuelvo a compartir acá esperando que alguien descubra o profundice en su música y se sienta tan conmovido por la misma como yo cuando arranque este blog.

 








viernes, 12 de febrero de 2021

Cosas que Valen la Pena: Carta al Rey

 


 

Un domingo como cualquier otro me tropecé buscando algo del género fantástico y me encontré con esta modesta serie que quiero recomendarles hoy. Carta al Rey cuenta la historia de Tiuri (Amir Wilson His Dark Materials, El Járdin Secreto) un aprendiz de caballero que es de madera para todo en la vida excepto ser un buen pibe. Este joven tan parecido a Julian Weich  es el hijo adoptivo de Sir Tiuri the Brave (David Wenham 300, El Señor de los Anillos) y a pesar de los esfuerzos de este y sus maestros Tiuri no pegua una. No sirve para pelear ni para montar a caballo y en las pruebas como caballero muerde el polvo frente a sus brutales compañeros, hijos de otros aun peores Lores de  Dagonaut. 

Sin embargo el destino no anda pidiendo credenciales de macho fatal a la hora de encomendar una misión y después de algunas peripecias Tiuri termina recibiendo de parte de un caballero moribundo una carta que debe entregar al Rey de Unawen. Es una cuestión urgente, de vida o muerte para ambos reinos. El malvado príncipe Veridian trama algo nefasto y con él viene la oscuridad. 

Como si fuera poco Tiuri tiene que lidiar también con voces extrañas que le hablan y lo desconcentran en los momentos más inoportunos, un caballo legado por el caballero negro que no le hace un carajo de caso y los jinetes rojos; que le dan caza para recuperar la carta.

Carta al Rey es una historia de Fantasía súper clásica apuntada para un público juvenil. Pero los jovatos como yo la pueden disfrutar sin mayor problema. Acá no andan dando muchas vueltas con los personajes ni todo es un culebrón sangriento al estilo de Juego de Tronos. Esta es una serie que apunta más al relato heroico clásico donde los buenos son los buenos y los malos son los malos. Como un amante de la fantasía más tradicional me la pase muy bien mirándola. No es la serie que te va a volver loco. De hecho yo no tuve ninguna ansiedad por hacerme un maratón. Pero disfrute mucho cada capítulo. Me recordó un poco a las producciones Family Friendly que hacían canales como Hallmark en los años 90s.

La serie se filmó en Nueva Zelanda y le saca bastante provecho a eso en lo que refiere a sus paisajes. Esta basada en una novela (que me dieron ganas de buscar) de Tonke Dragt  autora neerlandesa que ganó un premió como el mejor libro infantil de los ultimos 50 años.

Carta al Rey es una serie genial para mirar los domingos antes de irte a dormir. El relato tiene aventuras, luchas con espadas, mucha magia y una ternura en sus personajes que el género haría bien en recuperar. 


 

miércoles, 17 de junio de 2020

Cosas que Valen la Pena: Cae la Noche en la Tierra Media


Supongo que cuando la temperatura supera los 23 grados me pongo nostalgico. 

Brian May, guitarrita de Queen, dijo que hay una nostalgia buena que sólo atesora recuerdos de momentos muy felices. Si hay un recuerdo feliz en mí muy probablemente este asociado al disco Nightfall in Middle Earth de Blind Guardian.


Existen un sin fin de obras musicales basadas en la obra de J.R.R Tolkien y son tan diversas en cantidad como en calidad. Se han hecho canciones de casi cualquier genero músical que van desde el oscuro INDIE hasta el metal más pesado que pueda llegar a existir. En esa amplisima oferta sólo he encontrado dos discos (dejemos las canciones o singles para otra charla) que realmente me hagan pensar en la obra del profesor de Oxford. Nightfall in Middle Earth, basado en El Silmarillion, es uno de ellos.

En la epoca en que el internet que conocemos hoy estaba en pañales (y creo que podría decir que fue antes de que You Tube existiera) había que ir a la pagina oficial de Blind Guardian para escuchar unos demo de un minuto y medio para pispear un poco de que trataba cada disco de la banda Alemana. Por entonces, desde un obscuro y semi desierto Ciber Café Geselino quien les escribe escuchó las primeras notas de "Mirror Mirror" o "Nightfall" Para ese entonces ya me gustaba bastante la banda a la que había llegado a conocer gracias a mi hermana. Pero cuando uno era adolecente en los 2000 comprar un disco era un poco un acto de fe. Podía tener dos temas geniales y ser igual una absoluta porqueria. 

Finalmente para una navidad en la que Nestor Kirchner todavía era presidente mi vieja me compró el glorioso buzo con capucha que algunos de ustedes ya me han visto puesto y dos discos de la banda en una galeria sobre la Avenida Rivadavia donde hoy sólo subsisten dieteticas y locales de celulares rob...accesorios para dispositivos moviles. Eran Tokio Tales (un gran vivo del grupo que recomiendo tambien) y Nightfall.

En el 2007 pude comprar la versión original remasterisada
En un CD truchito pero hermoso (de calcomania amarilla brillante) el gordo de la rockeria había puesto NAIFALL BLIND GURDIN con fibron negro. Por varios años fue la única copía (bastante buena tengo que decirlo) que pude conseguir del disco. En esa epoca los originales de Blind Guardian no eran sencillos de encontrar si no sabías donde buscar. 

El arte de tapa ilustra el Baile de Luthien frente a Morgoth en Angband
Escuche el disco por primera vez poco tiempo despues de haber terminado de leer el Señor de los Anillos. Por lo tanto aquello que relataban las canciones acerca del Silmarillion era para mí un absoluto misterio del cual sólo sabía por las referencias de Tolkien en la novela. Yo supongo que eso le dio un plus al disco en mi imaginación. La primera edad de la tierra media era para aun un gran misterio y las canciones me hacían pensar en esos melancolicos poemas con los que me había topado en los tres tomos del libro que recitan algunos personajes. 

El tema que dedican a Beren y Luthien es descorazonador y vibrante


Nightfall in Middle Earth esta compuesto de una manera muy particular. Muchas canciones duran apenas unos treinta segundos y funcionan como introducciones o separadores a cada parte de la historia. Aun sin haber leído el Silmarillion y sabiendo un poco de ingles se puede seguir la trama como si te estuvieran contando un cuento. Los sonidos y el estilo de cada canción son evidentes. No dejan lugar a duda de si tratan de una batalla, de un lamento o una gesta llena de coraje. Si uno se acuesta y lo deja puesto en la oscuridad al terminar sentira que le narraron una enorme historia de un mundo perdido y lejano que sobrevive sólo en el recuerdo.

El aura de la obra en sí es bastante sombría, hay que decirlo. Pero creo que esto se debe a que se desea transmitir la idea de que el mundo del que se habla se encuentra sumamente transitado por lo misterioso y lo nocturno. Algo que a mi parecer es bastante elfico o al menos un humor bastante acorde al de los elfos que desafiaron la gran oscuridad de Morgoth con sus esperanzas y memorias  solo atestiguadas hoy por las estrellas.

Para mí el gran secreto de este album es que las letras no refieren literalmente al Silmarillion excepto muy contados casos donde se mencionan algunos nombres de lugares o títulos de personajes. Las canciones no se arrojan a contar la historia al estilo "Feanor llegó a la tierra media un viernes despues de tomar una pepsi" Al día de hoy pienso que allí reside en parte la genialidad y la originalidad de Hansi Kursch para no hacer de cada cancion una paparruchada de lugares comunes tan tipico (lamentablente) en este genero músical. 

El Silmarillion es una obra profundamente poetica y es a través de la evocación de ciertas escenas y pasajes que es posible transmitir la misma vibra, la misma osadía y sobre todo el mismo dolor que guardan las páginas de ese monumental trabajo de Tolkien que tenemos gracias a su hijo Cristopher, que lo compuso de la manea más coherente posible. No sólo le debemos ahora ese libro, sino tambien este disco  gran disco de Power Metal. Que descanse en paz. 








Y por último la que más me gustaba escuchar en el ciber de villa gesell. When Sorrow Sang, el tema que habla de la historia de Beren y Luthien.



domingo, 28 de abril de 2019

Randomingo: Aniversarios

#Randomingo


El 24 de abril pásado, Memorias de la Nevada, cumplió cuatro años. Puse entonces el punto final a mi última novela terminada hasta la fecha. Por ese motivo decidi salir a comer afuera para celebrarlo.
Tengo muchos aniversarios cuya celebración me esfuerzo por cumplir. El 10 de Septiembre (el día en que decidi que quería ser escritor) el 8 de Junio, (Aniversario de El Ritual de los Condenados, mi segunda novela y la radio on line Fm walk), el 7 de Julio (día de Himburgo, el pais de fantasia que se lleva la mayoría de mis relatos sobre Balbania) y el 24 de abril ya citado.
Hace poco me pregunte por que pinto de colorado en el calendario esta clase de fechas y haciendo un poco de memoría seguro encontraría rápidamente unas diez fechas más merecedoras del galardon de "Aniversario" Pero en mi vida creo que ya tengo suficiente de pasado para añorar por ahora...
La cosa es que me di cuenta que uno de las pocas cosas que tenemos para celebrar que tienen que ver enteramente con nosotros como personas es nuestro cumpleaños. Desde ya que tambien estan los aniversarios de pareja. Pero al momento no tengo la suerte de siquiera celebrar un matrimonio fracasado (lo que es una lastima porque podría curtir la onda de escritor torturado por su familia rota en mil pedazos)
Lo cierto es que desde pibito siento que mi cumpleaños queda chico y si uno siempre se anda quejando de no tener tiempo para uno. Buscar y celebrar fechas inventadas por uno mismo me parece de las mejores excusas que he tenido para salir a comer, ponerme en pedo o ir a ver un amigo.
Ya a mis 30 años, en mi cumple me di cuenta que a decir verdad cada día merece una minima celebración por el simple hecho de estar vivo y al comprender la enorme cantidad de posibilidades que eso supone, bien vale celebrarlo.
 anivers

domingo, 4 de febrero de 2018

Pensamientos de un Escritor al Pedo V: La Illiada y El Borracho





Para mi amiga Carla, con la que siempre terminamos hablando de la Illiada

Después de una conversión breve y bastante aburrida el tipo se quedó dormido en la mesa. ¡En mí mesa! Era una noche preciosa en el centro de Villa Gesell, había ido específicamente a comprar un libro y leerlo en alguno de los bares de la avenida tres mientras me tomaba una botella de Quilmes; pero más que aventuras y acción en las playas de Illion termine en esta penosa situación.

Si mal no recuerdo esto ocurrió en el verano del año 2010 o 2011. Toda mi vida veranie en Villa Gesell y, como suele ocurrir cuando uno frecuenta una localidad costera en temporada hice allí muchos amigos en mi adolescencia que por suerte mantengo hasta el día de hoy. Sin embargo ya para estos años la mayoría de ellos llegaban para Febrero. Es decir que además de tomar mate en la playa al lado de mi vieja y escribir un poco de trasnoche en mi casa no tenía una absoluta porgona para hacer.

Sin embargo quien les escribe sabe disfrutar de la soledad desde una edad temprana. Por lo que directamente empecé a salir solo. Después de cenar me tomaba el 504 y daba vueltas por el centro, miraba los locales, las librerías y los restoranes como una señora jubilada en su primer viaje a la costa atlántica. 

En uno de esos recorridos llegue a una vistosa librería llamada "El Ventanal" que en ese entonces tenía una bella fachada que se asemejaba a una suerte de cabaña en el bosque o algo por el estilo. Este local de aspecto rústico y hippon ofrecía una enorme gama de clásicos por dos mangos con cincuenta. Lo recordaba porque el año anterior había adquirido allí "La Divina Comedia" por el módico precio de 25 pesos. 



Decidí comprarme "La Illiada" el último de los clásicos que me faltaba por leer. Sin embargo ya desde el momento que lo compre las cosas salieron raras. Para arrancar no encontraba a alguien que me atendiera. El tipo que se paraba al lado de la caja  (de un extraño acento cubano) miraba y sonreía como si fuera el dueño. Voy y le digo "Bueno, me llevo este" a lo que el calvo señor me responde "Ahhh bueno, sí. Muy bien. Buena elección" No se mueve un centímetro y sigue sonriendo a la gente que entra al local. Le insistó "¿Me cobras por favor?" El sujeto se ríe y me dice "No, no...yo no soy de acá."  Al rato apareció un rubio lungo y me cobró con el menor entusiasmo posible.

Como mi plan esa noche era beber, fumar y leer, me fui al costado del local donde tenían unas mesitas en las cuales servían bebidas. Me senté en una mesa junto al libro que acababa de comprar y espere a que me atendieran. De nuevo no había nadie en la barra o la caja del seudo Bar. La única camarera estaba embelesada con el Hippie que estaba gritando a todo trapo "Para los pobres pan y para los ricos mierda, mierda" junto a su guitarra criolla  acompañado por la mínima audiencia que tenía para entonces en fervor revolucionario. Uno que hubiera acompañado con gusto...¡Si me hubieran atendido!

A los diez minutos empecé a ponerme un poco ansioso. Era Villa Gesell, plena temporada de Enero, acababa de comprarles un libro, quería darles mi plata a cambio de una cerveza fría y unos manís de cuarta (y eso que decían que había faltante ese verano por culpa de Guillermo Moreno y también te  los cobraban) y estos tipos no daban pie con bola. Mire la hora, eran las 12:30. Era el único pelotudo sentado ahí. Se suponía que deberían estar ardiendo de actividad comercial como todo el resto de la villa para entonces. Pero al parecer las canciones de la guerra civil española debían de ser una suerte de recital privado para las dos camareras y el pelado cubano. 

La cosa es que me hinche las bolas y terminé en un bar que esta siempre abierto en el centro, llamado "Cachavacha" Ahora bien, no me mal interpreten. Pero a mi edad entonces terminar en "Cachavacha" era como ir al bar donde va tu tía y la vecina cuando se juntan a comer masitas. Sin embargo yo estaba decidido y si me quedaban dudas vi que vendían las Quilmes de 3/4 a sólo 15 pesos. Esa era la cantidad justa de Cerveza que podía ingerir mientras leía si me interesaba realmente entender lo que estaba leyendo...

Justito Homero no sería el mejor autor para leer medio en pedo

Me senté afuera, en una de esas mesas largas que da a la 3 frente a un Havanna. Desde allí, si me aburría, podía ver a las chicas que iban a bailar, pispear que carajo hacía la policía, reírme de los malones de borrachos que bajaban del 504 a tres cuadras de allá y tener aire fresco. Todo genial. Me atendieron al toque y de primera, me trajeron cerveza y hasta me di cuenta que me alcanzaba para pedir un platito con jamón crudo. 

Ya estaba a mis anchas, leyendo como la cólera de Aquiles ponía en peligro toda la ambición de Agamenon cuando noté que frente a mí mesa había un borracho perdido con un ligero parecido a Ricardo La Volpe que estaba molestando a la camarera. Una piba linda y muy simpática. La chica le dice que se calme y el tipo se va para el baño tambaleándose. Cuando vuelve se sienta nada más y nada menos que en mi mesa. 
Mi putisima mesa. 

No se si se dio cuenta que yo estaba desesperado por compañía (aunque no precisamente la de él) si lo hizo a propósito o si simplemente era un Drink Warrior local en una de sus muchas borracheras. Pero la cosa es que el sujeto se sentó frente a mí y me preguntó "¿Que estas leyendo? ¡Hip!" y yo, que además de buen educado soy bastante pelotudo le dije "La Illiada" 

Tenía la convicción que íbamos a intercambiar dos palabras y se iba a ir a su casa. Pero el tipo se puso a hablar durante largos minutos de cosas inteligibles. Su boca de labios anchos bajo un bigote prominente escupía toda clase de balbuceos etílicos de los cuales apenas podía rescatar dos o tres palabras. 

Supongo que muchos de ustedes habrían ido de inmediato a la caja de Cachavacha a decir "AUXILIO UN BORRACHO" pero la verdad es que a mi nunca me gusto ponerme en el papel de buchón, ni siquiera en esta ridícula situación. Por lo que, en un momento simplemente deje de prestarle atención y me concentre en mi lectura rogando porque la camarera se diera cuenta de que este chabon estaba en cualquiera. 

No había terminado leer como Aquiles manda a lavar los platos a la mitad de los reyes del peloponeso cuando empiezo a escuchar ronquidos. La Volpe versión Villa Gesell se acababa de desplomar sobre mí mesa y no daba mayores señales de vida que el ir y venir de su gordo vientre.Allí apareció mi amor propio, también impulsado por la cobardía. "Estoy de vacaciones, estoy en villa gesell. Quiero leer, comer maní, fumar e irme a mi casa. No puedo ser tan pelotudo...." Con cierto rubor en mi pálido rostro le explique la situación a la moza. Roja como un tomate se le puso la cara y llevándose una mano a la boca me rogó que la disculpara por no haberse dado cuenta. 

Resulta que este sujeto hacía lo mismo todas las noches. Iba a Cachavacha, se ponía un pedo atómico todas las noches y le decía guarangadas a la pobre piba. Cuando no le alcanzaba con eso se sentaba en mesas ajenas a sacar conversión hasta que se iba o lo rajaban. Tardamos un buen rato en despertarlo y este sin decir palabra pareció caer en lo que había ocurrido y parpadeando como venido del país del ensueño simplemente pagó y se fue. Le dí la mano con una sonrisa genuina y le dije que no había ningún problema. Tambaleándose, se alejó por la avenida 3 en dirección al sur desvaneciéndose entre carteles de Neón e histéricos adolecentes.

Al fin y al cabo yo no tenía nada mejor que hacer y por lo menos la aventura con el borracho resultó en algo bastante más interesante que una solitaria recorrida por un centro gesellino que a mis 23 años me lo conocía mejor que Hector a su amada Troya. 

Desde entonces Cachavacha se transformó en mi lugar predilecto para tomar una birra, leer un libro y comer maní. Un maní que no cobraban por tener algún extraño y espurio arreglo con la secretaria de comercio de Guillermo Moreno. 

¿Tienen algun bar favorito donde vayan a leer? ¿Han tenido que verselas con la Fauna usual de estos lugares? ¡Cuenten y comenten!